Hoy la ciencia ha avanzado muchísimo en relación a los tratamientos antivejez. Y es que los tratamientos no invasivos en el rostro han tomado una importancia muy relevante ante la posibilidad de lucir una piel llena de vida, saludable y dejando atrás las marcas del envejecimiento.
El Dr. Juan Antonio Lobosco, médico especialista y cirujano, conocido ampliamente como el cirujano de las celebridades o estrellas del mundo del celuloide, nos cometa sobre esos tratamientos y técnicas no invasivos que van retardando los signos de la edad en forma más natural.
“Los tratamientos no invasivos para rejuvenecer el rostro: son la clave para acompañar el proceso natural de envejecimiento de forma más inteligente y segura. El objetivo principal de estas nuevas técnicas estéticas es evitar la cirugía y la anestesia general. Se logra una recuperación rápida, con resultados progresivos que devuelven la juventud a nuestra piel por medio de métodos cada vez más naturales”, expresa el galeno especialista en estas técnicas y con una trayectoria médica inmensa llena de éxitos y reconocimientos.
Por eso el mejor tratamiento no invasivo para rejuvenecer el rostro debe combinar desde temprana edad los hábitos necesarios para una piel saludable.
Estos son:
Una buena alimentación e hidratación (tomar agua).
Hacer ejercicios físicos.
Evitar el tabaco y el consumo desmedido de alcohol.
Usar protección solar todo el año.
Acudir al dermatólogo y seguir sus indicaciones.
En cuanto a los procedimientos recomendados tenemos:
Plasma rico en plaquetas y células madre.
Aplicación de Acido Hialurónico.
Colocación de hilos tensores.
Toxina botulínica.
Vitaminas y minerales mediante mesoterapia facial.
A partir de los 30 años aproximadamente comienzan a notarse los primeros signos de envejecimiento en rostro y cuello. Adicionalmente aparecen las manchas, poros abiertos, arrugas, flacidez, descolgamiento, cambios en la coloración y textura de la piel, entre otros, dice Lobosco.
Beneficios de los tratamientos no invasivos
Atenuación de arrugas, marcas de acné y líneas de expresión.
Efecto lifting en cara y cuello.
Mayor elasticidad y menor flacidez.
Mayor luminosidad y suavidad.
Incremento en la producción de colágeno y elastina.
Reducción de la papada.
Eliminación de bolsas y ojeras.
Eliminación de grasa facial.
Uniformidad de color y textura de la piel.